lunes, 15 de septiembre de 2008

desde mi ventana

¡Que impotencia! una frase bastante común estos últimos días, cuando vemos como nos matamos entre bolivianos y como cada uno usa su dedo para apuntar a quien creemos culpable, en fin todo debe ser investigado, pero cada día que pasa estoy más convencido de que nuestro país en vez de unirse cada vez jala mas fuerte hacia distintos rumbos, llevandose cada quien su verdad, ocultando sus mentiras y lo que es peor, cada día perdemos un poco mas de tolerancia, no sé si es que los muertos y la sangre de Cobija sean la solución, no sé si disparar desde un avión sea la forma de hacer valer nuestros pensamientos, pero lo que vemos en bolivia es muerte, sangre, heridos y desaparecidos, recordando aquellas épocas de dictadura cuando uno debía opinar como quien estaba en el poder o si no desapareciá, ahora también veo desde mi ventana a la realidad, como el objetivo es callar aquien dice o piensa lo contrario a lo "oficial".

Tal vez muchos digan que estoy perdiendo mi tiempo sentado frente a una computadora escribiendo huevadas, pero por lo menos tengo el valor de hacerlo y no quedarme con lo que pienso guardado, la verdad es que mi ventanana me cuenta todo, me muestra esta cruda y triste realidad y sólo me queda la esperanza de días mejores, aunque cada vez esta esperanza sea más utópica y lejana, creo que Bolivia es un país hermoso y que no se merece toda esta situación, tenemos todo para poder tener peso internacional y seguimos chupando medias ajenas, antes fueron las asquerosas medias gringas y hoy las mas asquerosas medias de ese tal Hugo Rafael Chavez Frias, ese ciminal, aquel que amenaza con mandar a su ejercito, ¿qué mierda viene a meterse con mi amada Bolivia Sr. Chavez? ¿por qué no se preocupa por su país y me deja de joder a mi y amis compatriotas?

Algún día, si algún día talvez nos demos cuenta de cuanto daño le hacemos a Bolivia con nuestro afan de chupar medias, espero que ese día no sea demasiado tarde y que desde esta mi ventana pueda ver por fin a mi país progresando, dejando sus diferencias en la basura y demostrando que si todos jalamos hacia un mismo destino seremos nosotros los que demos nuestras medias para que otros las chupen.

Me despido desde mi ventana, haciendo 30 minutos de silencio por los caídos en Pando y pidiendo mejores días para Bolivia, para una sola Bolivia unida y progresiva.